jueves, 30 de abril de 2015

El lobo estepario de Hermann Hesse

La obra El lobo estepario de Hermann Hesse vino a mí recientemente (parecía empeñada en que la leyera cruzándose en mi camino en varias ocasiones así que hice caso). Su lectura captó mi atención de una manera especial, diferente. En esta ocasión, se trataba de hablar de cosas esenciales algo sobre lo que me he dedicado a pensar mucho en el último año. Yo también me siento "hombre" y "lobo estepario" y, al mismo tiempo, un cúmulo de almas diversas atrapadas en esa simplificadora dualidad. 
El libro ha abierto para mí, además, un sendero de lecturas relacionadas que tengo ganas de recorrer.
<<No puedo aguantar mucho tiempo ni en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un periódico, rara vez un libro moderno; no puedo comprender qué clase de placer y de alegría buscan los hombres en los hoteles y en los ferrocarriles totalmente llenos, en los cafés repletos de gente oyendo una música fastidiosa y pesada; en los bares y varietés de las elegantes ciudades lujosas, en las exposiciones universales, en las carreras, en las conferencias para los necesitados de ilustración, en los grandes lugares de deportes; no puedo entender ni compartir todos estos placeres, que a mí me serían desde luego asequibles y por los que tantos millares de personas se afanan y se agitan
Y en efecto, si el mundo tiene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento>>.

Hermann Hesse

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