miércoles, 21 de diciembre de 2016

Muerte al asesino

¿Que tal persona ha matado a otra? ¡Muerte al asesino! ¿Ha robado? Ojalá le arrebaten todas tus pertenencias. ¿Ha violado? Tendría bien merecido que hicieran lo mismo con él, pero con más violencia aún. 

¡Queremos a Barrabás! Daumier
Queremos nombre. Queremos apellidos. Queremos foto. Grande. En alta definición. Edad. Su pasado, su presente y su futuro de malnacido nos pertenece. Dentro de unos meses nadie se acordará ya, pero mientras haya carnaza veamos espectáculo de muerte en la hoguera. La presunción de inocencia está sobrevalorada. Además, todo el mundo es culpable hasta que su cartera demuestre lo contrario. 

Ahora que sabemos quién es y lo que ha hecho ya podemos ajusticiar. Porque la venganza sabe tan bien. Si robas a un ladrón, 100 años de perdón. Si matas a un asesino, justificación de sobra. El también tendría la suya si hubiese matado a un asesino pero eligió a uno que no lo era por eso es malo. La gente buena nunca hace esas canalladas. La gente buena es muy buena y no tiene lado oscuro. Como no tiene lado oscuro por eso arremete con tanta violencia ante la violencia. Porque nada se perturba en su interior, nada parecido al miedo a que, en el fondo, quién sabe si esa oscuridad podría despertarse algún día de la misma manera. Neguemos los propios monstruos que la sociedad engendra, si los metemos tras barrotes toda su vida estaremos a salvo.

El hombre, siempre creyéndose tan importante. Como si la justicia dependiese de su mano. 

lunes, 19 de diciembre de 2016

Quiero ser gato

He decidido que no me sirve de nada ser persona así que prefiero ser gato. 

Solo por el hecho de haber nacido humano parece que ya estés obligado a formar parte de la sociedad. La sociedad tendrá sus cosas buenas; de no ser así no existiría o eso escuché en algún lado. Pero a mí parecer, no compensa formar parte de ella la mayoría de las veces.

Cuando voy a dar un paseo en la naturaleza me siento muy diferente a cuando doy un paseo en sociedad. En la naturaleza me siento una exploradora, la vida sorprende a cada instante con detalles y la belleza está muy presente. En sociedad me siento un tanto rara avis, pocas cosas logran sorprenderme para bien y lo feo parece ganar terreno. 

Sé que parte de la responsabilidad a la hora de sentirme más cómoda en sociedad depende de mí. Consiste, básicamente, en tenerla menos en cuenta. En unirme cuando encaje conmigo, en ir por libre cuando no sea así. Sin miedos, sin presiones, sin importar lo que opinen los demás. Es por esto que he decidido ser gato. Cuando eres persona, la sociedad empieza a exigirte comportamientos de persona: que si no tengas contradicciones, que si no hagas esto no ves que otros sufrirán por ti, sé políticamente correcto, qué haces que así no es... He pensado que, a partir de ahora, me presentaré del siguiente modo.

- Hola, ¿Cómo te llamas?
- Hola, me llamo Tania. Y soy un gato.

A partir de ese momento, ya con las cartas sobre la mesa, el interlocutor solo puede exigirte lo que se le exige a un gato y no es gran cosa. Todos sabemos que los gatos aman dormir, comer, jugar, tomar el sol y que su naturaleza los hace desconfiados, curiosos y seductores. Pues bien, me parece una propuesta mucho más acorde a la Naturaleza que la que está hecha para los humanos en sociedad con esas continuas exigencias exhibicionistas que buscan convertir al otro en esclavo y fantoche de los deseos y expectativas ajenas. El gato no se esfuerza en ser gato. El hombre se esfuerza continuamente en ser hombre. Pues eso, tanto esforzarse para no obtener ningún resultado verdadero. 

Gato soy. Eso sí, el nombre lo elijo yo :D



lunes, 5 de diciembre de 2016

S.XX (y XXI), cambalache


El mundo fue y será una porquería ya lo sé, 
en el 506
y en el 2000 también.
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos, varones y dublé.
Pero que el siglo XX
es un despliegue de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.

Pues resulta que es lo mismo ser derecho que traidor.
Ignorante, sabio o chorro, generoso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.

Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stravinsky va Don Bosco

y La Mignon, la Tacher, Napoleón
Carnera y San Martín
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches
se ha mezclao la vida
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia junto a un calefón.

Siglo XX cambalache,
problemático y febril.
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamos a encontrar!
No pienses más, sentate a un lao
que a nadie importa si naciste honrao.
Es lo mismo el que labora
noche y día, como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley.