jueves, 27 de agosto de 2015

Sobre machismo y violencia

Hace un tiempo que escribí algunas ideas sobre feminismo, machismo, etc., pero siento que ahora, y tras diversas reflexiones, las cosas se dibujan de manera más clara en mi cabeza. 

En esta ocasión, me gustaría hablar sobre eso que se ha dado en llamar "violencia machista". El caso es que, siendo una fiel defensora siempre de los derechos de igualdad de las mujeres respecto a los hombres (hablo de igualdad, no de privilegios), al escuchar las noticias sobre esos casos hay algo que me chirría. 

Para empezar, hay que tener en cuenta que muchas relaciones de pareja se basan en una situación de desequilibrio donde una de las partes ejerce dominación y manipulación y la otra asume su papel de inferioridad. Parece algo exagerado, pero en un grado laxo, estas actitudes pueden pasar casi desapercibidas. Es decir, no se trata de golpes o insultos, se trata de poder (sexual, psicológico, etc.) y puede ejercerse de manera muy sutil por parte de ambos sexos pudiendo haber un intercambio de papeles en algún momento. En muchas ocasiones, cuando la relación se rompe, la persona que ejerció como dominada, o bien busca otro "verdugo", o bien una víctima. Porque, generalmente, existe cierta empatía hacia esa actitud de dominio y manipulación que puede ser la causa por la que una persona aguanta ante este tipo de tesituras o por la que puede llegar a asumir un  "rol vengativo" a posteriori. 

Aclarado este punto, es decir, que la manipulación en las relaciones a través de sus múltiples vertientes y grados es lo común y que lo extraño son las que se desarrollan en completo equilibrio (surgido del respeto, la confianza y el cariño), conviene analizar el concepto de violencia machista. Se supone que el hombre, en su papel de superioridad, la ejerce como autoafirmación de su poder sobre la mujer, porque la considera de su propiedad, con legitimidad sobre su persona, etc. Realmente, y aquí está la clave, puede que hoy en día se estén mezclando dos conceptos cruciales a la hora de analizar estos casos. Uno es la causa, y otro la justificación. 

Por lo que pude analizar, tanto por casos que tuve cerca, como por lo que veo en las noticias, los "asesinos de mujeres" o maltratadores, no son personas en completo equilibrio que hacen daño a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Se trata de personas que viven con una fuerte carga de violencia, sea más o menos patente en sus acciones diarias, que encuentra en la mujer una excusa para dar rienda suelta a su furia, ira o frustración. Lo que quiero decir es que, aunque estas personas tengan a mujeres que se suponen que hacen todo lo que ellos quieren que haga (que sea la mejor en las tareas domésticas, que vista de manera discreta o no salga ni al rellano), están deseando encontrar una razón para enfadarse, para maltratar. Porque en realidad, lo que están buscando es la justificación tanto en la mujer como en sus actos para poder liberar su violencia. Y las relaciones desequilibradas han propiciado que muchas de estas situaciones sean soportadas por las mujeres y entendidas como algo normal llegando a sufrir lo que se denomina "Síndrome de Estocolmo". 

¿De dónde surge esta violencia? ¿Y por qué se ceba con las mujeres? Centrándonos en la vida diaria, nos encontramos que muchas veces la ira y la frustración que da fuerza a la violencia surge de las exigencias sociales. Hoy en día, las relaciones se han convertido en "conquistas", forman parte de lo que se supone que hay que tener para triunfar en la vida. Se han cosificado y a una cosa se la puede romper y tirar si vemos que no ejerce la función por la que la habíamos adquirido. Muchas parejas se basan en la mentira, o lo que es peor, muchas vidas se basan en la mentira y cuando la gente se da cuenta de esa falsedad arremeten con violencia conscientes de su estupidez.

Pero conviene tener claro que esta violencia no es unilateral a día de hoy. Mientras los hombres golpean a las mujeres, las mujeres maltratan a sus parejas a través de la manipulación psicológica; los hijos se han convertido en moneda de cambio y de transmisión de la frustración de los padres; la gente se suicida al ver su vida desmoronarse por vivir en la mentira; hay personas homófobas y racistas hasta la médula por todas las esquinas y los jóvenes pegan a compañeros, animales o vagabundos porque lo consideran divertido. ¿Qué clase de odio y miedo invade a estas personas para que se comporten así? Ahora que salen a la luz cada vez más vídeos chicas golpeando a otras chicas... ¿Buscarán estas jóvenes en un futuro hombres a los que maltratar? ¿O buscarán a un maltratador por empatía? Todos son justificaciones para dar salida a la violencia. Una rabia que ha ido in crescendo a pesar de que se supone que vivimos con más comodidades y somos más libres que nunca. Lo que pasa, en realidad, es que la mentira que nos tragamos es más grande que nunca.

Y ahora piensa: 

Tú, que propones que deberían moler a palos al asesino de las niñas de Moraña, o ejecutar al sospechoso de las muertes de las dos jóvenes de Cuenca; ¿no estás acaso empatizando con los mismos asesinos? Ellos encontraron una justificación para dar rienda suelta a su violencia; ¿acaso buscas tú una también? 

"Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego" 
M. Ghandi


NOTA: mi reflexión versa sobre el concepto de "violencia machista" en el contexto de la sociedad occidental actual y (supuestamente) avanzada que es la que he podido analizar.

viernes, 14 de agosto de 2015

Lugares que recomiendo V: naturaleza y pueblos de China

Si uno quiere conocer bien China no debería prescindir de ciudades como Beijing ya que ofrece una visión muy completa de la mezcla de tradición y modernidad característica del país. Shanghái ya es otra historia, es casi como Occidente con toques orientales. Claro que todo depende del contraste. En esta ciudad concluimos el mes que pasamos en China después de haber estado en pueblos donde resultaba raro ver a un occidental y nadie, absolutamente nadie, hablaba inglés... Por esto, Shanghái me resulta demasiado fácil y acogedora como para parecer China. Sin desmerecer otros lugares como Xian, Chengdú, Pingyao... De China, me quedo algunos pueblos con aires de pasado y los, casi inverosímiles, paisajes naturales. A estos lugares dedico el post, teniendo en cuenta que el viaje se desarrolló especialmente en la parte este el país.

Por cierto, en cuanto a lo chinos, me parece que navegan entre la ingenuidad y la mala educación, entre la simpatía y la facilidad para encolerizarse, entre el despiste y la capacidad de generar una estampida a lo Jumanji... Son fácilmente identificables como una masa, un todo. Una sociedad cohesionada y con cierto punto de hostilidad aunque, al mismo tiempo, su curiosidad los abre al mundo y es fácil echarse unas risas con ellos. Desde luego, el choque cultural es grande y tangible.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Confío en las personas

Ahora que está de moda confiar en los perros, a mí se me da por confiar en las personas. Y no es por ir a contracorriente, mi esfuerzo me ha costado.

Parece que ya nadie da oportunidades ni a los demás ni a uno mismo. No sé si antes se daban muchas o no, pero últimamente escucho muy a menudo eso de "soy como soy" o "no va a cambiar nunca"... Es decir, como una reafirmación en el más puro inmovilismo y una falta de confianza ante la posibilidad de cambio en relación no sólo a la persona, sino al cambio como algo posible.

Que una persona lleve repitiendo un patrón X tiempo no quiere decir que vaya a ser así el resto de su vida. Eso es negar la capacidad de reaprender del ser humano. Y estoy hablando de cosas importantes que se deberían trabajar como, por ejemplo, aprender a gestionar emociones o variar comportamientos nocivos. Los violentos, los depresivos, los rencorosos, los miedosos, los chulos, los acomplejados... Todos podemos cambiar. Claro que para eso hay que querer.

Propongo sustituir el "no puedo/e cambiar" por el "no quiero/e cambiar", para ser más honestos con los que nos rodean y con nosotros dejando claro lo cómodo que resulta esta actitud para usarla como justificación de nuestros actos. Muchas veces, de todos modos, es tremendamente difícil dar pasos adelante en un entorno que no proporciona el contexto de confianza adecuado para ello.

Cuando se ha comprendido el significado del cambio y se ha vivido el proceso en las propias carnes, se aprende a confiar. Si crees que no es posible, puede que estés siendo injusto contigo y con los demás y el primero de los cambios deba producirse en ti.

sábado, 1 de agosto de 2015

Es un buen chiste

Watchmen - El chiste de Pagliacci


Una vez me contaron un chiste: un hombre va al médico y le dice que está deprimido. Que la vida es dura y cruel. Dice que se siente solo en un mundo amenazador. El médico le dice "El tratamiento es muy sencillo. El gran payaso Pagliacci está en la ciudad. Vaya a verle, eso lo animará". El hombre rompe a llorar. "Pero, doctor... - le dice - yo soy Pagliacci". Es un buen chiste. Todo el mundo se ríe, se oye redoble y baja el telón."