miércoles, 12 de febrero de 2014

El tiempo

El tiempo. Te atrapa, te castiga, te acosa, te exaspera. Te libera, te redime, te da tregua, te tranquiliza. 
El tiempo, siempre presente. También futuro y pasado. 
Impalpable, pero perceptible. 
Largo y breve. 
Implacable. 

¿Qué es la vida sino una cuenta a contrarreloj? ¿Qué es la vida sino tiempo? Tiempo para hacer esto y aquello. Tiempo para ser feliz. Para perseguir los sueños.
Los años pasan. Tic-tac.
El tiempo no se detiene, pero uno si. Uno se detiene en esto y aquello. Uno se detiene en instantes de infelicidad. Se detiene ante dudas y miedos. Y mientras uno está quieto, paralizado, el tiempo sigue su ritmo. 

Es por todo esto que el tiempo es mi amigo y, a la vez, mi enemigo. Está en mi contra cuando se manifiesta en forma de agujas de reloj, en hojas de calendario y en años que se suceden demasiado rápido. Pero por eso misma razón está de mi parte. Porque me impulsa a no pararme, a no estancarme. A querer aprovecharlo. Mientras sienta que el tiempo me pisa los talones haré lo necesario para poder decir, una vez se acabe: ya no me importa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario