miércoles, 5 de agosto de 2015

Confío en las personas

Ahora que está de moda confiar en los perros, a mí se me da por confiar en las personas. Y no es por ir a contracorriente, mi esfuerzo me ha costado.

Parece que ya nadie da oportunidades ni a los demás ni a uno mismo. No sé si antes se daban muchas o no, pero últimamente escucho muy a menudo eso de "soy como soy" o "no va a cambiar nunca"... Es decir, como una reafirmación en el más puro inmovilismo y una falta de confianza ante la posibilidad de cambio en relación no sólo a la persona, sino al cambio como algo posible.

Que una persona lleve repitiendo un patrón X tiempo no quiere decir que vaya a ser así el resto de su vida. Eso es negar la capacidad de reaprender del ser humano. Y estoy hablando de cosas importantes que se deberían trabajar como, por ejemplo, aprender a gestionar emociones o variar comportamientos nocivos. Los violentos, los depresivos, los rencorosos, los miedosos, los chulos, los acomplejados... Todos podemos cambiar. Claro que para eso hay que querer.

Propongo sustituir el "no puedo/e cambiar" por el "no quiero/e cambiar", para ser más honestos con los que nos rodean y con nosotros dejando claro lo cómodo que resulta esta actitud para usarla como justificación de nuestros actos. Muchas veces, de todos modos, es tremendamente difícil dar pasos adelante en un entorno que no proporciona el contexto de confianza adecuado para ello.

Cuando se ha comprendido el significado del cambio y se ha vivido el proceso en las propias carnes, se aprende a confiar. Si crees que no es posible, puede que estés siendo injusto contigo y con los demás y el primero de los cambios deba producirse en ti.

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