lunes, 5 de diciembre de 2016

S.XX (y XXI), cambalache


El mundo fue y será una porquería ya lo sé, 
en el 506
y en el 2000 también.
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos, varones y dublé.
Pero que el siglo XX
es un despliegue de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.

Pues resulta que es lo mismo ser derecho que traidor.
Ignorante, sabio o chorro, generoso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.

Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stravinsky va Don Bosco

y La Mignon, la Tacher, Napoleón
Carnera y San Martín
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches
se ha mezclao la vida
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia junto a un calefón.

Siglo XX cambalache,
problemático y febril.
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamos a encontrar!
No pienses más, sentate a un lao
que a nadie importa si naciste honrao.
Es lo mismo el que labora
noche y día, como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley.

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