domingo, 5 de febrero de 2017

Método chino para convertir un "¡uyyy!" en una celebración

Durante mi viaje a China descubrí un comportamiento de los chinos que me pareció bien particular. Resulta que son bastante kamikazes en lo que al tráfico se refiere: conducen como cafres, no respetan las normas de circulación y un largo etc. (Si algún chino me está leyendo sé que no se lo tomará a mal, es así como lo hacen. No es que sea bueno o malo digamos que, por alguna razón, están de acuerdo en que esa es la mejor manera). Pues bien, como los incidentes son bastante frecuentes por este hecho (y supongo por otros), los "¡pum!" y los "¡uyyy!" son habituales. Cuando se produce un "¡pum!"(golpe, choque, atropello etc.), aunque son de pasar bastante, alguno que otro, sobre todo los implicados, reacciona de una manera que se consideraría normal: lamentándose o quejándose. Pero cuando se produce produce un "¡uyyy!", es decir, un "por los pelos no la hemos palmado, no nos han atropellado o no nos hemos caído por un terraplén" pues se parten la caja. Esto también ocurre cuando se produce un "¡pum!" sin consecuencias demasiado graves. Es increíble ver con que felicidad parecen decir "pa' habernos matao". 

Lo que me apasiona de este comportamiento es la filosofía que de él percibí. Mientras la mayoría de los occidentales ve inconsciencia pura e incluso burla a la muerte en todas sus acepciones, yo veo todo lo contrario. Veo respeto hacia la vida. Me explico. La mayoría de la gente que conozco de la mayoría de los países que conozco, ante una situación de "¡pum!" o "¡uyyy!" se lleva las manos a la cabeza y empieza a decir cosas del tipo: "pudo haber sido una catástrofe; unos centímetros más y habríamos muerto; hay que tomar medidas porque no puede seguir así; se debe prohibir circular a X velocidad o de X modo; hasta que pase algo grave nadie va a tomar medidas..." Vaya coñazo de pesimismo. O sea, la vida y la muerte se encuentran, gana la vida y la gente solo pone atención en la muerte, o aún peor, en la hipótesis de muerte. Y luego venga con normas y prohibiciones porque el miedo de la muerte se puso de corbata. 

Los chinos, en cambio, puede que por su candidez (es innegable que destellan inocencia para algunas cuestiones) ven las cosas como si fuesen niños y celebran la verdad. Y la verdad es que ha ganado la vida en el "¡uuuy!" aunque sea por un casi. Bastante tienen con lamentarse cuando ocurre el "¡pum!" como para negativizar el "¡uuuy!" con ideas que no se ajustan a los hechos. Los hechos son que, pudo haber pasado algo fatídico y no pasó y eso es para celebrarlo no para lamentarse. Por esta razón y, a pesar de lo kamikazes que puedan ser en la carretera, me parece que los chinos celebran más la vida que los occidentales, precisamente porque puede que los occidentales tengan más miedo a vivir y por eso se centran tanto el la muerte en cuanto encuentran la mínima oportunidad. 


Guilin, 2014. Autor: Tania Alonso 

"Los noticieros aman lo peor: las enfermedades, los que matan, los políticos corruptos. Viven de eso, se envenenan de eso todos los días [...] Si son jueces que vayan a los tribunales, si los políticos son tan malos que hagan una revolución [....] Pero no, te cuento pero no cambio, te cuento lo peor, pero no lo mejor. [...] Y después dicen: en nombre de la justicia, eh, estamos preocupados por la verdad [...] Tienen pánico a la vida por eso adoran las malas noticias". 
F. Cabral

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